L – 32 de diciembre

Una palabra que me toque muy dentro, un beso de los que hacen olvidar, un empujón firme que me lleve hasta el cielo, una caricia descuidada, una risa sincera, un verso sin rima, una fuente de lágrimas compartidas, un abrazo que me rompa las costillas. Saber que si cierro muy fuerte los ojos, cuando los abra, se habrán ido los monstruos.

Aunque sea mentira.

Desprenderme de lo que queda, que no es poco, que no es bastante. Dejarme llevar, olvidarme de nadar. Oír sin escuchar.

Querer, amar, llorar, como si siempre fuera 32 de diciembre.

 

dilectia