LXIII – El niño con gafas y un balón

Cada día, casi todos los días, más o menos a la misma hora, cruza el puente con paso rápido, casi corriendo como si llegara tarde a casa, un niño con gafas y un balón. A veces lo lleva en sus brazos, otras va dándole patadas.

Él no se fija en mí, pero yo sonrío porque recuerdo cuando tenía su edad y jugaba con estos en el parque. Por aquel entonces ni siquiera era un parque… tan solo un pedazo de campo en medio de la ciudad.

Me gustaría verle dentro de 20 años. El niño con gafas será un adulto con responsabilidades. En vez de un balón llevará en sus manos un maletín, un volante o vete tú a saber. Las razones serán otras, pero seguro que alguien lo ve todos los días, más o menos a la misma hora, cruzando un puente con el paso acelerado, con prisa, como si llegara tarde a algún sitio.

 

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