XLIII – Ella

Por la mañana, cada mañana, sale de la cama de un salto. Sube la persiana y la luz del sol toca su cara. Sonríe. Un día más, piensa, una nueva oportunidad para sentir, para reír, para hablar y escuchar, para ser…

Cada día por vivir es una victoria, sabe, un regalo imprevisible, un retrato en mil tonos o la música de doscientos violines o el sabor de una fruta de nombre imposible o un viejo cuento con nuevos personajes.

Por la noche, se deja seducir por la alegría, recordando entre las sábanas las sonrisas regaladas. El sueño la protege con brazos de plumas blancas y la oscuridad callada teje el día que será.

¿Y quien es ella? Podrías ser tú si quisieras.

Podrías ser la luz que acaricia sus mañanas o la risa que regala o las palabras que la besan en sus sueños o la música que acompaña sus pisadas o…

Podrías ser tú si quisieras.

 

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