XLIV – Podría ser mejor

Amanece un día triste, como triste ha sido cada día de los últimos dos años. La rutina de cada mañana, las caras grises y los camiones blancos de reparto descargando la prensa y el pan.

Después, una jornada de trabajo sin importancia. Cuatro duros que se irán en pagar el alquiler de una entreplanta húmeda y vacía de recuerdos y la comida infame del restaurante barato de menú al que va a diario.

Podría ser peor, se dice. Podría faltarme un lugar al que volver cada tarde. Podría no tener un televisor donde escapar de todo durante un par de horas cada día. Podría ser peor. Y con ese pensamiento apaga la lámpara de la mesilla de noche sin temor a que la oscuridad de la habitación no se desvanezca la mañana siguiente.

Mientras tanto, alguien escucha a Van Morrison en una vieja radio a pilas y revive sensaciones de un viaje al norte, lejano en el tiempo.

***

Un nuevo día. La ciudad comienza a escribir una página en blanco de historias y encuentros. Puede que no llueva, o sí… El agua se lleva la suciedad y enjuaga las penas.  Hace ya mucho que se marchó.

A media mañana el descanso para tomar un café y llenar el tiempo con las cosas que no son importantes, pero qué es importante? La mayoría de las cosas que se pueden comprar son innecesarias. Lo trascendente es gratuito, como la risa o los abrazos. Un abrazo.  Una fortuna.

Mi cama es mi hogar. No quiero más patria que mi almohada. Cada noche vuelvo a casa, cierro los ojos y espero a que el sol me despierte.

Ayer me dijeron que el vecino de arriba ha dejado el piso. Metió algunas cosas en su viejo Seat y se marchó.

Smell the sea and feel the sky
Let your soul and spirit fly
Into the mystic *

***

A veces no es necesaria una razón para ser infeliz, basta con despreciar un motivo para sonreir.

* Van Morrison –  Into the Mystic

 

dilectia