XLII – Llueve

Fuera llueve. Marcan las gotas el ritmo calmado del final del día.

Yo escucho.

Oigo al menos. Si oyes palabras y canciones, sientes ritmos y caricias, pero no las comprendes, entonces es que no escuchas.

Toda sinfonía creada por una nube caprichosa tiene la misma estructura: vivo, adagio, largo y finalmente una exaltación del silencio. Fin. Tal vez es una metáfora de la vida, de nuestros sueños y deseos más profundos.

Todavía llueve. Más fuerte incluso que hace unas líneas. Ahora las palabras son más largas, más pesadas. El verso se hace elaborado y lento, como si fuera a dormir. Empiezo a comprender.

 

dilectia